top of page

¿Es realmente importante la ampliación del bloque BRICS?


En su reciente XV Cumbre realizada en Johannesburgo, la capital sudafricana, el bloque económico denominado BRICS por las iniciales de los países que lo integran; Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, anunció la invitación a sumarse como miembros de pleno derecho a seis nuevos Estados: Argentina, Arabia Saudita, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía e Irán, que formalizarán su ingreso en enero de 2024, por lo que ya se está comenzando a emplear el nuevo vocablo BRICS+6.


Más de 40 países habían manifestado su intención de sumarse a este grupo, fundado en 2009 y ampliado con Sudáfrica en 2010. En la Argentina, desde donde se escriben estas líneas, la incorporación ha suscitado grandes euforias a favor y en contra, según desde qué espectro ideológico se lo mire. ¿Pero es realmente tan relevante este suceso? Adelantamos la respuesta desde nuestra óptica; no, e intentaremos realizar una modesta aproximación al tema.


Una de las pretensiones que se le atribuye a este bloque es la intención de prescindir del dólar estadounidense en el comercio bilateral. Habría incluso en estudio la posibilidad de implementación de una divisa para intercambios denominada "R5", por las iniciales de las monedas nacionales de los Estados miembro; real, rublo, rupia, renminbí (yuan) y rand. Plantearían desafiar la hegemonía monetaria del dólar establecida luego de los acuerdos de Bretton Woods en 1944.


En este sentido se inscribe también la creación por parte del BRICS de una entidad de financiamiento; el Nuevo Banco de Desarrollo, con sede en Shanghai, y en la que se ha colocado como titular a la ex presidenta de Brasil, Dilma Rousseff.


Al ser China la economía más grande del grupo y uno de los principales impulsores de la ampliación del BRICS, no se puede analizar la inclusión de estos nuevos seis países sin tener en cuenta los intereses chinos, sobre todo lo que quieren imponer como "Nueva ruta de la seda", obras internacionales de infraestructura que pretenden explotar para el comercio multilateral, que contemplan la construcción o mejoramiento de puertos, ferrocarriles, rutas, enclaves industriales, incluyendo fuentes de abastecimiento de agua, energía y conectividad digital. Este megaproyecto es fundamental para las aspiraciones de China en su dispuita imperialista con Estados Unidos por dominar el mundo.


Otro factor a tener en cuenta en la ampliación del BRICS, es que, salvo Rusia y en menor medida Brasil, los países miembros dependen de la importación de energías no renovables como el petróleo y el gas. Los ingresantes Irán, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos son de los principales proveedores de crudo del mundo. En tanto que la Argentina ha crecido como productor de gas natural, siendo también un gran exportador de alimentos y de las principales reservas –junto con Chile y Bolivia– de litio, considerado el nuevo “oro blanco”, fundamental para fabricación de baterías.


Respecto a Etiopía, alberga la sede de la Unión Africana, entidad clave en asuntos internos de África. Mientras que la relevancia estratégica del otro país africano incluido, Egipto, no requiere mayor elucidación, además de ser uno de los fundadores del Movimiento de No Alineados e histórico defensor de un mayor equilibrio político global.


No pocos quieren observar en la ampliación de los BRICS un supuesto germen de una nueva institución supranacional que reemplace a la ONU, cooptada en gran medida por Estados Unidos y Occidente, a la vez que un nuevo polo de poder contrahegemónico.


Se suele valorar también su presunta potencialidad económica, ya que concentra a más del 40 por ciento de la población mundial.


Sin embargo, la realidad es que está compuesto por Estados capitalistas, en gran medida con regímenes cuasi autocráticos con aspiraciones imperialistas, de gran concentración de poder y fuerte sesgo nacionalista. En esas condiciones, difícilmente pueda representar un nuevo y mejor orden mundial de convivencia pacífica. De hecho, en su propio seno contiene grandes rivalidades, como la de China y la India, enfrentados por reclamos territoriales en el Himalaya, y ahora, Arabia Saudita e Irán.


En los hechos, el BRICS funciona sencillamente como un sello intenacional más, de los tantos que hay, con escaso significado concreto. Sólo refleja un alineamiento político y circunstancial de época entre distintos Estados-nación capitalistas, que como tales, en el fondo no pueden terminar haciendo otra cosa que competir y rivalizar entre sí.

Comments


bottom of page