(Foto: Il Manifesto)
Boris Kagarlitsky, uno de los intelectuales de izquierda más destacados de Rusia, fue detenido el 25 de julio y trasladado a la región de Syktyvkar bajo el cargo de “justificación del terrorismo”. Si el tribunal lo encuentra culpable, podría pasar hasta 7 años en prisión.
Kagarlitsky, nacido en 1958, es sociólogo, politólogo y escritor político. En 1982, fue encarcelado junto con otros miembros de un grupo de jóvenes socialistas que habían criticado el liderazgo burocrático de entonces en la Unión Soviética. En el período en que ese bloque político entraba en descomposición, comenzó a escribir artículos y textos que empezaron a cobrar amplia repercusión, como los libros Fuente de pensamiento; Dialéctica del cambio, Entre clase y discurso, De imperios al imperialismo y Adiós a la perestroika, entre otros. Durante mucho tiempo, fue profesor en la Escuela de Ciencias Económicas y Sociales de Moscú.
En los últimos años, Kagarlitsky ha sido arrestado y sancionado por su activismo, como en 2020, cuando organizó una manifestación contra la reforma de la Constitución rusa, que permitió a Vladimir Putin ser reelecto para su quinto mandato presidencial; o en 2021, cuando a través de las redes sociales convocó a protestas contra un supuesto fraude electoral. En 2022, fue acusado como “agente extranjero”, un estatus legal que le genera complicaciones al hacer declaraciones públicas, con sus puntos de vista internacionalistas sobre el conflicto ruso-ucraniano.
Sus textos han marcado a varias generaciones de jóvenes de izquierda en Rusia. En sus obras, se opuso al legado del “marxismo oficial” stalinista de finales de la Unión Soviética. Siempre se mostró predispuesto a participar en conferencias de izquierda y abierto a los debates teóricos.
Desde 2008, es fundador y uno de los editores de la revista online Rabkor. Este portal y su canal de YouTube se han convertido en una importante plataforma de discusión de izquierda. Los ensayos y las columnas de Kagarlitsky y su análisis de los acontecimientos actuales fueron muy populares entre la izquierda rusa.
Tras el avance desafiante a Moscú de las tropas de Wagner contratadas por Rusia para combatir en Ucrania, el régimen de Putin está anisoso por mostrarse fuerte y sin signos de debilidad, por lo que ha endurecido su aparato represivo tomando como chivos expiatorios a figuras opositoras al gobierno relevantes, sean de derecha o izquierda, para visibilizarsu amedrentamiento. Primero fue Igor Strelkov, ex ministro de Defensa de la República Popular de Donetsk y fundador del “Club de Patriotas Enfadados” (APC), una organización nacionalista rusa. Los miembros de APC apoyaron la invasión de Ucrania, pero criticaban las políticas militares del gobierno ruso. Strelkov fue arrestado también por el cargo de “fomentar públicamente la participación en actividades extremistas”.
Ahora, la nueva víctima de la maquinaria represiva es Kagarlitsky, del extremo ideológico opuesto. Anticipándose a posibles protestas en su defensa, el régimen lo trasladó a Syktyvkar, una ciudad remota a mil kilómetros al norte de Moscú, en una sesión cerrada sin medios de comunicación ni representación legal. Los cargos en su contra se basan en una de sus publicaciones de Telegram, en la que analiza el ataque ucraniano en el puente de Crimea el 8 de octubre de 2022, señalando que esa explosión podía entenderse “desde una perspectiva militar”. Sería difícil encontrar en dicho artículo algo parecido a la "justificación del terrorismo".
Nos unimos al reclamo de libertad para Kagarlitsky; el fin de la guerra imperialista promovida por la OTAN, el régimen de Volodimir Zelenski y el régimen de Putin.
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