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Portugal también gira a la derecha

Por Angelo Nero / Nueva Revolución

Europa sigue girando a la derecha, o para decirlo con claridad, es la extrema derecha la que sigue escorando al viejo continente, ante una centroizquierda, la de los vetustos partidos socialistas que siguen perdiendo terreno ante sus políticas neoliberales, cada vez más parecida a la de los países conservadores, y a esa izquierda alternativa, que generó tantas expectativas, como Syriza en Grecia, o Podemos en España, y que acabó fagocitada por el régimen que venía a impugnar.


Después de ocho años del gobierno socialista liderado por António Costa, de 2015 a 2024 -cuyo primer gabinete fue apoyado por el Bloco de Esquerdas y el Partido Comunista Portugués, la “gerigonça”, hasta 2029-, y hasta ahora gobernando con mayoría absoluta, y que dimitió por una falsa acusación de corrupción, convocando elecciones anticipadas, el Partido Socialista ha perdido las elecciones por la mínima, ante el avance de la coalición conservadora Aliança Democrática (AD).


AD, formada por el Partido Social Demócrata (PPD/PSD), el Centro Democrático Social (CDS) y por el Partido Popular Monárquico (PPM), que, a falta de resultados definitivos logra un 29,49 % de los votos, lo que se traduciría en 79 diputados, aunque están lejos de la victoria holgada que le auguraban muchas encuestas, y desde luego de los 77 escaños logrados en 2022, cuando el Partido Social Demócrata, ahora liderado por Luís Montenegro, se presentaba en solitario.


Para el Partido Socialista, con Pedro Nuno Santos al frente, es una derrota agridulce, porque ha remontado a las encuestas, que le auguraban una derrota más contundente, quedando tan solo un punto por debajo de AD, un 28,66 %, pero solo mantiene 77 diputados, de los 120 que habían conseguido en los anteriores comicios de 2022. El nuevo líder socialista ha declarado, tras conocerse sus malos resultados, “Seremos oposición, renovaremos el partido e intentaremos recuperar a los portugueses descontentos con el PS. Esa es nuestra tarea”, señaló, y en relación al papel de la extrema derecha en la política lusa también ha resaltado: “Chega obtuvo un resultado impresionante que no se puede ignorar. No hay un 18% de votantes portugueses que sean racistas y xenófobos, pero hay muchos portugueses enojados. Tenemos que recuperar su confianza ydemostrarles que la solución a problemas concretos viene del PS y no de Chega y AD.”


Pero, realmente, lo que ha inclinado la balanza portuguesa hacia la derecha, es la tercera fuerza política en la Assembleia da República, la cámara legislativa portuguesa. En las elecciones parlamentarias de 2019, la escisión del PSD, Chega, lográ un escaño para su líder, André Ventura, lo que constituía la primera vez que la extrema derecha lograba un diputado en el parlamento luso desde el regreso de la democracia. En 2022, ya eran 12 los diputados de Chega, que se convertía en el tercer grupo político en la cámara, y este domingo, 11 de marzo de 2024, ha llegado a los 48 escaños, con un 18,6 % de los votos. Santiago Abascal, Bolsonaro o el primer ministro húngaro Viktor Orbán, ya han felicitado al líder de Chega, al que han apoyado también durante la campaña. La formación de Ventura ha tenido más de un millón de votos.


El cuarto partido de la cámara, será también de derechas, la Iniciativa Liberal de Rui Rocha, que conseguiría 8 diputados, cuatro más que en la anterior legislatura, con un 5,8 % de los votos.


Y después está esa izquierda que, cada vez más, se está mostrando como residual. En primer lugar de esta izquierda alternativa, que se presentaba una vez más desunida a las elecciones, está el Bloco de Esquerdas, que en 2015 y 2019 llegaron a ser la tercera fuerza política, con 19 diputados, bajo el liderazgo de Catarina Martins, y ahora, con Mariana Mortágua al frente, consigue tan sólo 5 diputados -tantos como los que tenían en la anterior legislatura-, con un 4,46% de los votos. En la noche electoral, Mortágua declaró que, “el Bloco resistió y aumentamos en votos, cerca de 30 mil. Se mantiene firme en estas elecciones, mantenemos todos los mandatos. Y con esta fuerza seremos parte de cualquier solución que aleje a la derecha del gobierno”.


La Coligação Democrática Unitária (CDU), formada por el Partido Comunista Portugués (PCP) y el Partido Ecologista Os Verdes, que en su formación, en 1987, bajo el histórico dirigente comunista Álvaro Cunhal, también se confirmaran como tercera fuerza política, con 31 diputados, ahora mantienen solo 4 escaños -tenían 6 diputados ahora-, con el 3,3% del porcentaje total. Una derrota sin paliativos, para la lista liderada por el secretario general del PCP, Paulo Raimundo, cuando se celebra, además, los cincuenta años de la Revolución de 25 de Abril, la Revolução dos Cravos, que devolvió la democracia a Portugal después de la larga dictadura salazarista.


El líder comunista ha declarado que “el resultado ahora logrado por la AD es inseparable de las opciones de gobierno del PS. La promoción de la política de derecha, a lo largo de estos últimos años, y de forma particular su imposición desde la mayoría absoluta, con la que generó injusticias y legitimo descontento e insatisfación que hizo acumular las dificultades por parte de trabajadores y del pueblo, y favoreció el discurso demagógico de Chega".


La tercera de las formaciones a la izquierda del Partido Socialista que estarán en la cámara portuguesa es Livre, el partido liderado por el escritor Rui Tavares, que fue parlamentario europeo del Bloco de Esquerdas, con 4 diputados y un 3,26% de los votos, logrando un fuerte ascenso, ya que hasta ahora sólo tenían un solo diputado.


Para completar la Assembleia da República repetirá con un diputado la formación animalista PAN, liderada por Inês Sousa Real, con un porcentaje del 1,93%.

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