Por David Casarejos / Nueva Tribuna
Que Reino Unido no es lo que era, o lo que se suponía que era, no es ningún secreto.
Para los que llevamos décadas en el país y hemos podido ver la caída hacia los infiernos que se ha acelerado desde el brexit, no es grato ver como un país de la importancia de Reino Unido y una potencia económica que siempre se ha codeado con los grandes va poco a poco perdiendo todos y cada uno de sus atractivos.
Hay muchos sectores en los que se ha pasado de ser punta de lanza a nivel mundial, como es el sector ferroviario, a estar el vagón de cola en las últimas décadas.
El viaje en tren en Reino Unido se convierte en la mayoría de las ocasiones en una auténtica pesadilla.
A la pesadilla inicial de tener que pagar unos precios exorbitantes por trayectos en trenes incómodos y muchas veces sucios se suma en los últimos tiempos el tener que cruzar los dedos para que no cancelen el trayecto de buenas a primeras y sin ninguna alternativa habilitada.
Este viernes para planear un simple trayecto de Leeds a Londres era difícil adivinar que trenes saldrían de origen y cuales serian cancelados sin más, con la excusa de las inclemencias meteorológicas, una de las excusas más manidas.
Cuando nieva en Reino Unido en muchas ocasiones se cierran escuelas, la gente no va a trabajar, y de repente pasamos a vivir en un país del tercer mundo, con unas infraestructuras que para nada están a la altura de una de las economías más grandes del mundo, mientras que en Alemania o Polonia la vida sigue igual.
A cada temporal que azota las islas, es más de lo mismo, y parece que la lluvia y el viento, a los que deberían estar acostumbrados, facilitan cancelaciones o demoras.
Reino Unido es un país que busca excusas para todos los problemas que le llegan y siempre encuentra algo o alguien a quien culpar, y jamás entonarán el mea culpa debido a su falta de previsión, preparación, o inversión en unas infraestructuras que están obsoletas y que no tienen ningún viso de mejora…solo hay que ver lo que ha pasado con el proyecto de tren de alta velocidad HS2 del que ya hablé hace unas semanas.
Los hospitales van mal porque hay demasiados pacientes o porque no se encuentran médicos suficientes, y así de pueril es siempre el nivel de análisis de sus problemas y no se detienen a preguntarse si la inversión por parte del gobierno en este sector es suficiente para la creciente demanda por parte de la población o si la inversión para lograr más estudiantes que luego pasen a ser las y los doctores y enfermeras y enfermeros del futuro es suficiente o no.
El gobierno conservador ha tenido un efecto devastador y año a año baja en términos reales la inversión en sanidad y educación y la privatización de los 80 de Margaret Thatcher ha llevado a tener un sector ferroviario que es la vergüenza del país.
Los institutos y colegios, como pasa en los hospitales, van de mal en peor y la crisis existente se ve agravada por la falta de motivación del profesorado y la pérdida de maestros y maestras a pesar de la mejora en las condiciones de cara a atraer nuevos trabajadores en el sector. Las condiciones salariales no pueden llegar a tapar el resto de los problemas en el sector que obligan a jornadas larguísimas de trabajo para poder cubrir todas las necesidades educativas exigidas a los docentes.
La propuesta de Rishi Sunak, primer ministro británico, esta semana de invertir en Inteligencia Artificial es alarmante, sabiendo como sabemos que los gobiernos conservadores tienen entre ceja y ceja debilitar el sector público y desinvertir lo máximo posible en colegios e institutos. El poder reemplazar horas de profesorado con Inteligencia Artificial podría pasar de ser un complemento en las clases a una sustitución impuesta para abaratar costes sin tener en cuenta el impacto en la educación de las nuevas generaciones de estudiantes.
Esta Inteligencia Artificial vendría a rellenar horas de profesorado en aquellos centros educativos donde más cuesta reemplazar al profesorado y esto va siempre de la mano con los factores socioeconómicos que afectan a los institutos y colegios.
Mientras los colegios más elitistas no sufrirán un uso excesivo de la IA, no cabe duda de que en zonas marginadas verán muchas de sus horas lectivas cubiertas sin la presencia de personal docente.
Cuando llega una tormenta la gente asume que durante varios días la normalidad brillará por su ausencia y que cualquier cierre de carreteras, nuevos socavones en las carreteras o decenas de cancelaciones van a suceder y no hay ningún esfuerzo por aprender de errores pasados y lograr ir mejorando en la respuesta a sucesos que cada vez son más frecuentes.
Los trenes van a reventar y a pesar de pagar más de 150 euros en un trayecto de ida y vuelta, este precio no te asegura un asiento en muchas ocasiones y durante horas estarás de pie debido a la falta de alternativas y la falta de soluciones rápidas esperables en un país como Reino Unido.
La comparecencia de varios altos cargos durante esta semana en la investigación sobre lo que pasó durante la COVID ha dejado claro que al igual que con la sanidad o la educación nunca hubo un plan contra una pandemia, y que este barco no lleva capitán desde hace tiempo.
Dominic Cummings que era la mano derecha de Boris Johnson ha mostrado muchos de los problemas que había de puertas para dentro en Downing Street y la falta de capacidades (ahora evidentes) de Boris Johnson.
Rishi Sunak, que estaba a cargo de la economía del Reino Unido según la opinión de Cummings solo mostró interés en la economía a pesar de saber lo que se venía encima, y esa falta de empatía como número dos del gobierno de Boris Johnson sigue presente ahora que tiene el puesto de mayor poder.
Trozo a trozo se va desmoronando Reino Unido y las próximas elecciones van a significar un cambio de rumbo que solo puede ir a mejor y quizás en vez de buscar excusas se empiecen a buscar soluciones.
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