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El domingo 6 de octubre pasado salió publicado en el diario argentino Clarín una nota firmada por la periodista Silvia Naishtat titulada “La Cumbre del Clima en la Ciudad del Viento”, que refiere a la próxima realización de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático -conocida como COP 29- en Azerbaiyán.
El artículo -claramente patrocinado por el régimen autocrático y genocida azerbaiyano- incurre en graves falsedades, omisiones y tergiversaciones que la convierten en una fake news propagandística de bajo calibre que hasta el pasquín más barato se avergonzaría en publicar.
En primer lugar, aunque el objetivo de la nota es familiarizar al lector con el país anfitrión, en gran medida ignoto, brindando un pantallazo general sobre la información básica fundamental, omite cualquier mención a la limpieza étnica consumada por Azerbaiyán entre 2020 y 2023 contra los armenios de Artsaj (Nagorno Karabaj), que contó con el apoyo de Turquía y consistió de un ataque militar en el que se cometieron numerosos crímenes de guerra, a pesar de que prácticamente las únicas apariciones esporádicas en los medios internacionales referentes a esa nación obedecen a ese motivo. ¿Cómo se puede dar un panorama objetivo acerca de un país cuando se oculta el factor que más lo destaca a nivel mundial?
Naturalmente, lo que sí aparece en el texto es la voz del mecenas del minúsculo espacio, el embajador de Azerbaiyán en Argentina, de quien se citan explicaciones textuales pintando un panorama rosa y totalmente falso de la política energética de ese país.
En una de las pocas líneas rescatables, la periodista tiene razón al afirmar que, si no fuera por la participación del piloto argentino Franco Colapinto en el circuito de Fórmula 1 de Bakú, capital de Azerbaiyán, el nombre de ese país sería ignorado por la gran mayoría de los argentinos, como lo es en el mundo. Pero aquí también se equivoca, ya que previo a esta reciente circunstancia deportiva, muchos argentinos ya comenzaban a familiarizarse con ese bizarro nombre, a raíz, justamente, del ataque sobre Artsaj. No obstante, salvo la mención de “una guerra con Armenia de tres años que terminó en 1994”, a lo que además agrega datos falsos otorgados por el diplomático azerí, el conflicto de Nagorno Karabaj, a criterio de la articulista, no amerita figurar en una nota sobre “la ciudad del viento”.
Pero el colmo de la alevosía es cuando, en el párrafo sobre los países limítrofes de Azerbaiyán, se omite únicamente mencionar a Armenia, que comparte frontera con ese Estado, enumerando a todos los demás. ¿A qué obedece este “olvido”? Es muy grave, ya que se da en el marco de una permanente retórica agresiva que emplea quien se dice llamar presidente de Azerbaiyán, el autócrata fascista llham Aliyev, contra Armenia, negándose además a firmar un tratado de paz. De hecho, desde las altas esferas de ese régimen corrupto y putrefacto están comenzando a propagar el término “Azerbaiyán Occidental”, que alude al actual territorio de Armenia. Pero hasta esa dictadura fascista se cuida de hacerlo de manera oficial, y para ello crea entidades artificiales mediante las cuales motoriza su narrativa expansionista, como la organización denominada “Comunidad de Azerbaiyán Occidental”, organismo paraestatal azerbaiyano que se hace pasar por un presunto grupo de miembros descendientes de personas que vivían allí, y que es utilizada como ariete por la dinastía familiar que gobierna Azerbaiyán. Todo una payasada.
¿Quién fue el responsable de este “olvido” de mencionar a Armenia? ¿La periodista, o bien descansó en datos otorgados maliciosamente por la embajada azerí, sin tomarse el trabajo de chequear? En cualquiera de los dos casos se trata de un error muy grave que esperamos sea aclarado por el medio en una fe de erratas, así como las disculpas por la publicación de tal malintencionado panfleto.
Es lamentable este claro ejemplo de propaganda, desinformación y fake news publicado en el medio que se hace llamar "el gran diario argentino”, y que suele organizar foros y encuentros sobre la importancia de la comunicación y el buen periodismo en estos tiempos caóticos de afluencia de contenidos digitales, preocupación que compartimos.
Los editores responsables y lectores de Clarín deberían estar avergonzados por este bochornoso papelón.
Llamamos a todos los medios y periodistas independientes a sumarse a nuestra campaña #BoicotCOP29, aprovechando la ocasión de ese evento para visibilizar la verdadera faceta de la autocracia azerbaiyana. Más info en este enlace: https://www.politicaglobal.ar/post/boicotcop29-no-a-la-cop29-en-azerbaiy%C3%A1n