Foto: Sean Kilpatrick/ArchivoAP
Este martes el primer ministro de la India, Narendra Modi, será recibido en Estados Unidos por el presidente Joe Biden, en un encuentro que excede holgadamente el mero protocolo, ya que la agenda incluye temas comerciales, tecnológicos y hasta militares, pero sin dudas, lo que más refleja es la creciente importancia que otorga el gobierno norteamericano a la India, país más poblado del mundo, como un posible contrapeso estratégico a China en la región, estableciendo una relación más estrecha y buscando construir una alianza que equilibre la creciente influencia de China en Asia y su ascenso como potencia global. El gigante asiático va ampliando cada vez más su influencia económica y militar en la región de Asia-Pacífico, y ante esta situación, Washington busca activamente fortalecer sus relaciones con países clave de esa zona.
Por otro lado, Inidia busca reducir su dependencia de equipamiento militar ruso al diversificar sus importaciones y aumentar la producción local. Se anticipan anuncios sobre energía renovable y tecnología estratégica, incluido un acuerdo para fabricar conjuntamente motores para aviones de combate.
La colaboración económica, tecnológica y militar puede convertirse en un pilar fundamental de esta relación. Además, el potencial de la India como un mercado en expansión y su fuerza laboral altamente capacitada son factores atractivos para las empresas estadounidenses. Un factor provocativo para Estados Unidos son las buenas relaciones que el mandatario indio mantiene con Rusia. India no ha condenado a Moscú por la invasión a Ucrania y aumentó la importación de petróleo ruso.
La visita, además, se da en momentos de creciente preocupación por el deterioro de los derechos humanos y la democracia bajo el mandato de Modi, un líder nacionalista controvertido, ex miembro de agrupaciones de derecha, quien frecuentemente es acusado de represión a agrupaciones opositoras y coartar la libertad de prensa en su país al amparo de una ley antiterrorista muy estricta. En 2019, implementó modificaciones brutales de la legislación laboral a favor del sector patronal, lo que provocó una huelga general de trabajadores de dos días. También se le critica por alentar a sus adeptos a intimidar y discriminar abiertamente a las minorías religiosas, especialmente a musulmanes y cristianos.
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