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Familias de los rehenes israelíes piden cese de fuego y canje de todos los prisioneros palestinos

Por Olga Cristóbal / Política Obrera

Reunidas con el jefe del gobierno sionista, Benjamin Netanhayu, las familias de los rehenes capturados por Hamas le pidieron un intercambio de prisioneros “todos por todos”. Más claro: canjear los 230 rehenes por la totalidad de los presos palestinos en las cárceles del sionismo.


La reunión fue una exigencia de los familiares, indignados porque el bombardeo israelí a Gaza bloquea las negociaciones y pone en riesgo la vida de los cautivos.


La propuesta es una bomba política. Cuando la coalición de fuerzas de la resistencia palestina ingresó a Israel el 7 de octubre anunció que uno de sus propósitos era la liberación de los presos palestinos.


A septiembre de este año, en las cárceles israelíes -donde es legal cierto nivel de tortura- hay por lo menos 5.000 prisioneros, entre ellos 700 chicos y adolescentes.


Netanhayu respondió que la liberación es “el objetivo principal de la guerra” pero se limitó a prometer que Israel “agotará todas las posibilidades”. También intentó justificar la masacre en Gaza porque “cuanto mayor sea la presión, mayores serán las posibilidades [de liberar a los cautivos]”.


El sábado a la noche hubo, en todo el país, por lo menos 20 vigilias de apoyo al planteo de los familiares y en memoria de los asesinados “Algunas de las reuniones incluyeron fuertes críticas a Netanyahu” (Times off Israel, 29/10).


La propuesta fue aceptada por el líder de Hamas en la Franja de Gaza, Yahya Sinwar, que anunció que estaban “listos para un acuerdo inmediato de intercambio de prisioneros que incluya la liberación de todos los prisioneros palestinos de las cárceles israelíes a cambio de todos los prisioneros detenidos por la resistencia palestina".


Las posibilidades de un intercambio fueron desestimadas por el portavoz del Ejército israelí, Daniel Hagari, que si bien admitió que “hay un precio que tendremos que pagar” dijo que “no es posible que Israel vacíe sus prisiones. Eso no va a pasar”. (Yedioth Aharonoth, 20/10).


Aunque Hagari afirmó que “nada está sobre la mesa en cuanto a los secuestrados”, el asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, destacó que se están llevando a cabo negociaciones sobre los rehenes y sobre el permiso a los extranjeros para salir de Gaza a través del cruce de Rafah (Haaretz 29/10). Hamas ha informado que considera a los prisioneros extranjeros “sus huéspedes” y que los liberará apenas existan condiciones. También dijo que medio centenar de rehenes han muerto por los bombardeos.


El antecedente más cercano al reclamo de los familiares es la liberación de 1.027 palestinos a cambio de la entrega del soldado Gilad Shalit. Entre ellos, centenares de condenados a cadena perpetua, incluido uno de los jefes de Hamas, Yahya Sinwar. Fue en 2011, siendo Netanhayu primer ministro y Ehud Barak ministro de Defensa.


Los testigos incómodos


De los 230 rehenes, Hamás ya liberó a cuatro “por razones humanitarias”. Una de ellas, la pacifista Yocheved Lifshitz, enfureció al gobierno de Netanhayu porque ese mismo día, en una conferencia de prensa desde el hospital, afirmó que Hamas cuidaba a sus prisioneros “con delicadeza” y responsabilizó al gobierno de desoír las advertencias de que había indicios de un ataque desde Gaza.


A la vez, comienza a haber testimonios que -critica o acríticamente- no dejan dudas acerca de que, en las operaciones para recuperar las posiciones israelíes en manos de Hamás, el ejército y la policía sionistas no vacilaron en matar también a los israelíes que eran sus prisioneros (mondoweiss.net).

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