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El primer ministro de Portugal, António Costa, renunció a su cargo debido a su involucramiento en una amplia investigación de corrupción que ha sacudido al país, relacionado con contratos energéticos. Un juez emitió órdenes de arresto contra su jefe de despacho, Vítor Escária, el alcalde de Sines y otras tres personas, citando la probabilidad de fuga o la necesidad de proteger evidencia.
El caso se centra en la supuesta irregularidad en las concesiones para la exploración de litio y la producción de hidrógeno. Además, fue imputado el ministro de Infraestructuras, Joao Galamba, y el nombre de Costa ha sido mencionado en relación con los sospechosos, según declaró la fiscalía. Esta investigación busca determinar si hubo malversación, corrupción activa y pasiva de cargos públicos, así como tráfico de influencia.
Costa, del Partido Socialista (PS), en el poder desde 2015, mencionó en un discurso televisado a nivel nacional que la integridad y las funciones de primer ministro no son compatibles con sospechas de corrupción, y en consecuencia, presentó su renuncia al presidente de la República. El PS continúa con una mayoría absoluta en el Parlamento, aunque su posición podría verse debilitada .
Este escándalo de corrupción se enmarca en un contexto más amplio de iniciativas para promover la energía verde impulsadas por la Unión Europea, incluyendo la exploración de litio y proyectos de energía basados en hidrógeno, lo que añade una dimensión internacional a este caso.