La golpista peruana Boluarte acusa a Bolivia de "Estado fallido"
- Redacción Política Global.AR
- 31 jul
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La presidenta golpista de Perú, Dina Boluarte, en su último informe a la nación ante el Congreso Nacional, como es tradición por fiestas patrias.en ese país, en medio de abucheos y gritos de “asesina” por parte de legisladores de izquierda, señaló que evitó que su país fuera “un estado fallido” como Bolivia, lo que generó rechazo e indignación en el gobierno boliviano y roces diplomáticos.
En medio del discurso, justificó su permanencia en el poder luego de la destitución de Pedro Castillo —a quien acompañaba como vicepresidenta— bajo el argumento de que evitó el “vacío de poder” y el caos. Afirmó que los sectores que impulsaron las protestas en su contra querían convertir a Perú “en un país fallido como Venezuela, Cuba y Bolivia”.
Pero los hechos desde entonces hablan por sí solos: decenas de muertos a manos de fuerzas del Estado, criminalización de la protesta, persecución judicial, militarización de las regiones andinas.
Boluarte no solo encabeza un gobierno sin legitimidad popular, sino que intenta blindarse usando enemigos externos como argumento político. Pero lo hace además con mucho cinismo: Perú atraviesa hoy su propia descomposición institucional, con un Ejecutivo repudiado, un Congreso desprestigiado y una democracia convertida en fachada. Ella misma, además de golpista, con denuncias de corrupción y numerosas acusaciones.
El gobierno de Bolivia respondió con firmeza. La Cancillería lo calificó de “inadmisible”, convocó al encargado de negocios peruano y recordó que ambos países comparten historia, territorio y lazos diplomáticos.
Pero el problema de fondo es más profundo: ni el Perú de Boluarte ni la Bolivia del MAS rompen con la lógica capitalista, extractivista y dependiente. En ambos casos, los Estados están subordinados a los intereses del gran capital. Los roces entre ellos, por más tensos que sean, no son una disputa entre proyectos sociales enfrentados, sino entre distintas formas de administrar el mismo sistema en crisis.
Por eso, cuando Boluarte habla de "Estados fallidos", debería mirarse al espejo. Porque el verdadero Estado fallido es el que reprime a su pueblo, niega sus muertos, gobierna sin votos y entrega su soberanía a las élites económicas. Y el verdadero fracaso es el de un sistema que ya no puede garantizar una vida digna a la mayoría de las masas trabajadoras, jubiladas, desocupadas.
Frente a estos títeres del sistema de los dos países y sus disputas de egos, apoyamos a los pueblos peruano y boliviano por una salida anticapitalista.