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Meloni y su plan ajustador en Italia: eliminó ayuda estatal a pobres


(Foto: Getty)


La derechista primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, puso fin hace poco a un plan social conocido como “ingreso ciudadano”, que beneficiaba a personas de bajos recursos y desocupados. Se estima que la medida afecta a unas dos millones y medio de personas. Los damnificados fueron notificados del recorte a través de un mensaje de texto en su teléfono celular.


El subsidio había sido implementado en 2019 bajo el mandato del ex premier Giuseppe Conte, del Movimiento Cinco Estrellas, un populismo nacionalista burgués fundado por el cómico italiano Beppe Grillo. El plan proporcionaba un ingreso adicional de hasta 500 euros al mes a cientos de miles de familias vulnerables, con una suma estipulada por cónyuge, otra por cada hijo y otra para destinar al alquiler. Sólo se mantendrá la ayuda a hogares en los que vivan menores, personas con discapacidades o adultos mayores. Las personas de 18 a 59 años se consideran “empleables” y no recibirán ningún subsidio, salvo si "participan en cursos de educación y capacitación continua”, en cuyo caso recibirán 350 euros al mes por un máximo de un año. Sin embargo, hasta el momento no existen tales cursos.


De esta forma, se presiona a las personas a tomar empleos precarios y mal pagados para llevar aunque sea un mínimo ingreso a sus casas, trasladando así el beneficio que era para la masa desocupada y trabajadora al empresariado y a la clase patronal. Además, se espera que el ahorro fiscal termine en una transferencia de recursos a los grupos capitalistas a modo de exenciones impositivas.


Italia no tiene regulado un salario mínimo, por lo que muchas veces el sueldo no alcanza a cubrir la canasta básica, y esa ayuda estatal era indispensable para muchos trabajadores. Con esta quita, millones de personas no alcanzarán a sobrellevar el día a día


El partido conservador nacionalista Hermanos de Italia, al que pertenece Meloni, jamás ocultó sus intenciones de endurecer el sistema de bienestar social, de hecho fue una de sus premisas de campaña. Al igual que en la Argentina y en todo el mundo, estos representantes de derecha que en su mayoría jamás han tenido que buscar un empleo, no conocen las condiciones de vida diaria de un trabajador ni padecen las dificultades de llegar a fin de mes, suponen que los miserables planes estatales que apenas ayudan a subsistir, “fomentan la vagancia y la haraganería”. Cínicos, cuando, en general, son ellos los que en su vida han debido afrontar un trabajo.


Frente a este atropello de Meloni que ataca a los sectores más necesitados, y que es el mismo programa que vienen a proponer los exponentes de la nueva derecha mundial a través de personajes histriónicos, excéntricos y repudiables que ascienden meteóricamente a los gobiernos catapultados por apariciones mediáticas y por los rotundos fracasos de los progresismos nacionalistas burgueses, se hace evidente que es necesario un cambio de raíz de orientación social mundial.


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