(Foto: Samir Bol / Reuters)
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) acaba de informar que aproximadamente tres millones de personas han sido forzadas a abandonar sus hogares en Sudán debido a los enfrentamientos entre el ejército regular y los paramilitares del grupo Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR). Según notifica una fuente del Ministerio de Salud sudanés, más de 3 mil personas han muerto y unas 6 mil resultaron heridas desde el inicio del conflicto hasta el momento.
Del total de desplazados, unos 2,2 millones se han refugiado en otras regiones dentro del país, mientras que el resto ha huido al extranjero, principalmente a la vecina Etiopía.
La mayoría de los combates y desplazamientos se concentran en la capital sudanesa, Jartum, y en la región de Darfur, donde la OIM advirtió que la situación se está agravando drásticamente y se necesita ayuda humanitaria de manera urgente. La entidad realizó un llamado enérgico a un alto el fuego permanente y la eliminación de obstáculos burocráticos para garantizar el acceso de corredores humanitarios y la entrega de ayuda en las áreas actualmente inaccesibles. En tanto que la ONU ha alertado sobre el aumento de la violencia de género en la región y han enfocado su atención en la situación de vulnerabilidad especial de las mujeres y niñas desplazadas que buscan lugares más seguros, quienes enfrentan alto riesgo de violencia sexual.
La pugna en Sudán es entre dos facciones militares que hicieron un golpe de Estado en conjunto en 2021, derrocando al gobierno civil de transición que sucedió a la dictadura de Ahmad al Bashir, quien estuvo 30 años en el poder y es señalado como responsable de otros hechos muy violentos en la historia reciente del país, como las matanzas de Darfur entre 2003 y 2008, y la guerra civil de secesión en 2011 de Sudán del Sur, que desde entonces es un Estado independiente, también envuelto desde hace años en un fuerte conflicto interno.