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El fracaso de la contraofensiva ucraniana ha marcado un punto de inflexión en el apoyo incondicional que había mantenido hasta la fecha Bruselas y Washington hacia el régimen de Kiev. La falta de avances notorios en el frente de guerra y la importante pérdida de equipamientos militares occidentales estaría provocando nerviosismo en el eje atlantista, que parece que cada vez está más abierto a un cambio de rumbo en la estrategia de confrontación con Rusia. Según afirma Stephen Bryan, periodista del Asia Times, Occidente estaría preparando el terreno para reemplazar a Volodimir Zelenski.
Fruto de este estancamiento, y también por los altos niveles de corrupción en las instituciones, la oposición interna a Zelenski y el malestar en el seno del Ejército estaría creciendo día a día. Y aquí, el nombre del comandante Valeriy Zaluzhny estaría sonando con fuerza para substituir al actual presidente.
En los próximos meses, la salida del poder de Zelenski podría venir tras la celebración de elecciones en el mes de marzo, o bien fruto de un golpe de Estado organizado por la CIA y el MI6.
Como apunta Stephen Bryen, Occidente estaría dispuesto a iniciar una negociación con el Kremlin. «El mejor resultado para Estados Unidos y para la propia Ucrania serán las negociaciones con Rusia; de lo contrario, Kiev se enfrentará a un colapso militar inevitable», afirma el periodista, quien añade que existe un consenso cada vez mayor en Occidente para reemplazar a Zelenski.
El columnista del Asia Times destaca que actualmente Ucrania no es un país independiente ya que Estados Unidos, además del apoyo militar, paga los salarios de los funcionarios del gobierno y del ejército. Un hecho que sitúa al ejecutivo de Kiev en una enorme debilidad a la hora de tomar decisiones soberanas. El futuro del país está en manos de Washington.
Según algunas filtraciones, la Casa Blanca estaría molesta con Zelenski por no haber seguido el plan marcado para la así llamada "contraofensiva", oponiéndose incluso al criterio de los oficiales que debían llevarla a cabo. De hecho, algunas voces aseguran que el objetivo real de Washington en la ofensiva era preparar el terreno para obligar a Rusia a llegar a un acuerdo sobre Ucrania.