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Inglaterra: la huelga más larga de la historia de médicos residentes

Por Mauri Colón / Política Obrera



Los médicos residentes de Inglaterra comenzaron una huelga de seis días desde el miércoles pasado. La medida busca poner fin a 15 años de recortes salariales y conseguir un aumento del 35% en sus salarios. Esta huelga es la más larga en la historia del Servicio Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés).


Los trabajadores de la salud ya realizaron 28 días de paro en 2023. Esta nueva ronda de lucha se da luego de que en diciembre se rompieran las negociaciones entre el sindicato Asociación Médica Británica (BMA) y el Gobierno conservador del Reino Unido. La negociación paritaria había tenido ese fin luego que el ministerio de Trabajo británico ofreciera un 3 % de aumento (que se habría sumado al 8,8 % de incremento salarial de diciembre), cuando la inflación ronda el 10 %.


El Secretario de Salud en la sombra, Wes Streeting, dejó expresa la posición del gobierno: “No quiero poner expectativas en el lugar equivocado, y el 35 % es una cifra alta”. Y agregó: “Así que vamos a tener que tomar algunas decisiones difíciles”.


Los “juniors doctors”, como se los conoce en el Reino Unido, son la base del sistema de salud. Pero cómo sucede no sólo en Reino Unido, sino en todo el mundo, son los peor pagos. En este caso en particular, el salario inicial para este grupo de trabajadores es de 15 libras la hora. Este salario de miseria para trabajadores calificados, que trabajan de salvar vidas, es fruto de años de colaboración de la burocracia sindical del BMA. Durante el año pasado se dieron multitudinarias huelgas en el NHS, todas han sido clausuradas por el sindicato de médicos.


En los próximos días, los médicos jóvenes de Gales entrarán en huelga contra una oferta salarial del 5 % para el nuevo año hecha por la asamblea descentralizada dirigida por los laboristas. La oferta fue rechazada por 3,000 médicos practicantes. Sin embargo, el BMA ha programado un paro de 72 horas para el 15 de enero. La maniobra es clara: evitar que ambas huelgas se hagan en conjunto.


Mientras tanto, la burocracia sindical divide el movimiento de lucha. El gobierno británico ha iniciado un brutal ataque a los médicos residentes. En una entrevista, Victoria Atkins, la recientemente asumida ministra de Salud, señaló: “Las nuevas huelgas provocarán más trastornos para los pacientes y más presión sobre los servicios y el personal del NHS a medida que entramos en un período invernal ajetreado, poniendo en riesgo la seguridad del paciente”. En su relato, también mencionó que desde diciembre de 2022, en el sistema público de salud hay 1.2 mil operaciones y citas acumuladas.


Es decir, el gobierno busca transformar el colapso del sistema de salud en responsabilidad de los únicos que se ponen al hombro su funcionamiento. Pero el problema del sistema sanitario tiene raíces políticas muy profundas. Desde hace años, inclusive en pandemia, el NHS ha sido recortado por todos los gobiernos, con el fin de ir a la privatización del sistema público de la salud. A su vez, se ha sumado las oleadas cada vez más comunes de enfermedades como el COVID, la gripe y el norovirus, enfermedades por las cuales el Estado británico ha desmantelado todas las medidas de prevención.


Una salud pública de calidad y con salarios que cubran las necesidades básicas es incompatible con la política de recortes de la burguesía británica, que en los hechos es compartida por conservadores y laboristas. Con los sucesivos ataques a la salud y a los trabajadores británicos busca volcar el “ahorro” conseguido por el ajuste presupuestario para financiar la Guerra Imperialista en Ucrania y proveer de armamento al sionismo para barrer Gaza.


La victoria de los médicos residentes es un paso adelante para los pueblos del mundo.

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