En su afán de aislar a Moscú a cualquier precio, siguiendo los dictados de Estados Unidos, la Unión Europea y la OTAN, el gobierno finlandés liderado por Petteri Orpo ha reducido prácticamente a cero el comercio bilateral con Rusia, provocando un aumento del precio de la electricidad, el combustible, los alimentos y la vivienda, hasta el punto que se está llevando al país a una recesión económica cada vez más profunda, en la que la clase trabajadora está siendo golpeada por la inflación, el aumento de la pobreza y el desempleo.
"La actual situación recuerda inquietantemente a la era antidemocrática de la década de 1930 en la que se abogaba por la guerra y en la que Finlandia fue hermano de armas de la Alemania nazi", señalan desde el Partido Comunista de Finlandia. Y advierten que "las consecuencias de aquella época fueron terribles para la mayoría del pueblo". Hoy ese espacio lo ocupa la OTAN, que ha levantado una "barrera" en la frontera con Rusia, con el despliegue de drones, helicópteros y tropas foráneas.
Tras el colapso de la Unión Soviética, el acuerdo de vecindad firmado entre Finlandia y Rusia en 1992 ha sido sustituido por la alianza militar OTAN liderada por Estados Unidos. De manera progresiva se ha ido instalando el racismo y la persecución de rusos y rusohablantes.
Finlandia debería detener el desarrollo militarista y los preparativos de guerra y cumplir con los acuerdos aceptados sobre refugiados y derechos humanos.
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