Georgia es empujada por el imperialismo a una encrucijada
- Redacción Política Global.AR
- 16 oct 2024
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A pesar de años de acercamiento y aspiraciones europeístas, la situación actual de Georgia refleja un alejamiento creciente del país respecto a la Unión Europea. El gobierno georgiano, encabezado por el primer ministro Irakli Kobakhidze del partido Sueño Georgiano, ha tomado actitudes que preocupan a "Occidente", lo que ha generado un enfriamiento en las relaciones con Bruselas y Washington.
En los últimos años, la política interna de Georgia ha estado marcada por tensiones entre el gobierno y la oposición. Las acusaciones de corrupción, las denuncias de represión a voces disidentes y el control gubernamental sobre el poder judicial han debilitado el visto bueno occidental para la integración georgiana a la UE. Pero sobre todo, lo que más ha defraudado del gobierno georgiano ha sido la sanción de la "ley de agentes extranjeros”, que se asemeja a una legislación rusa que obliga a las organizaciones que reciben fondos del exterior a registrarse como agentes de influencia extranjera.
Esto ha afectado además las relaciones con Estados Unidos. Kobakhidze amenazó recientemente con revisar las relaciones bilaterales con Washington después de que el Departamento del Tesoro estadounidense sancionara a dos funcionarios georgianos responsables de las fuerzas de seguridad, acusados de reprimir protestas contra esa legislación.
A esta situación se ha sumado una insólita preocupación del Parlamento Europeo señalada en una resolución sobre el país, sobre el “culto a Stalin y el aumento de la nostalgia soviética en Georgia”, por más jocoso que parezca. En el informe se destaca además que el gobierno georgiano ha limitado el acceso a archivos de la era soviética, bloqueando desde octubre de 2023 importantes documentos como los de la antigua KGB y el Comité Central del Partido Comunista, sin "explicaciones claras". Esto es percibido como una señal de alineamiento georgiano con Rusia, que contrasta con sus antiguas aspiraciones europeístas.
En 2022, la Unión Europea tomó la decisión de no otorgar a Georgia el estatus de candidato oficial a la adhesión, como sí lo hizo con Moldavia y Ucrania, que habían presentado la solicitud también. El principal argumento fue la falta de "avances democráticos". Esto fue un duro golpe para el gobierno georgiano, y desde entonces el distanciamiento político entre el país caucásico y el bloque europeo ha ido creciendo.
Otro factor crucial es la relación equidistante que procura mantener Georgia con Rusia. El gobierno georgiano ha evitado enfrentamientos directos con Moscú, manteniendo relaciones económicas e intentando no provocar más tensiones, tras la guerra entre ambos en 2008. Este equilibrio está siendo difícil de sostener con la postura cada vez más fuerte de "Occidente" contra Rusia, sobre todo luego de la guerra en Ucrania. Van presionando a las naciones a optar por uno u otro bando. Lo mismo sucede con Armenia, que en la actualidad parece haber virado desde Rusia a la esfera de influencia occidental, aunque también en el marco de sus posibilidades intenta no romper del todo los vínculos políticos con Moscú. Por el contrario, en estos momentos Azerbaiyán se habría alineado más llanamente con Rusia, mientras que Georgia se encuentra en una encrucijada. Estos tres países integran el Cáucaso Sur, donde las fichas imperialistas están haciendo su juego de ajedrez y cuyo resultado va a configurar la realidad regional.