Por Ángelo Nero / Nueva Revoluvión
Este sábado, 30 de septiembre, se han celebrado elecciones presidenciales en el archipiélago índico de Maldivas, determinantes para la política exterior de la nación insular, ya que los dos candidatos son antagónicos en esta materia. El presidente saliente Ibrahim Mohamed Solih, del conservador Maldivian Democratic Party (MDP), que pugnaba por un segundo mandato, es partidario de seguir afianzando las relaciones con India, el aliado tradicional de Maldivas, el Estado más cercano al archipiélago, a pesar de que le separan 2.000 kilómetros de océano.
En la primera vuelta, celebrada el 9 de septiembre pasado, Solih quitó un 39% de los votos, lo que le enfrentó con el alcalde de Malé, la capital maldiva, Mohamed Muizzu, del Progressive Party of Maldives (PPM), de orientación islamista moderada que pasó a la segunda vuelta con un 46% de los votos emitidos. La distancia entre ambos, en esa primera vuelta fue de 15.291 papeletas. Muizzu es partidario de priorizar la relación con China, en detrimento de afianzar los vínculos económicos con India.
Con una participación muy alta, del más del 79% en la primera vuelta, y casi del 86% en la segunda, los ciudadanos de Maldivas también se han decantado por girar hacia la órbita china, eligiendo como presidente para los próximos cinco años a Mohamed Muizzu, que mejoró los resultados de los anteriores comicios hasta alcanzar un 54%, frente al casi 49% del presidente saliente, Ibrahim Mohamed Solih.
La importancia de esta pequeña nación insular, de 579.330 habitantes, aparte de ser un atractivo destino turístico de lujo, radica en que el archipiélago está ubicado en una posición muy importante desde el punto de vista geoestratégico, en el Océano Indico, en una de las rutas marítimas que más tráfico registran en el planeta, y, a partir de ahora, puede ser clave como parte de la infraestructura de la Nueva Ruta de la Seda que está diseñando China.
En 2018, el ahora presidente saliente, Mohamed Solih, dio la sorpresa en las elecciones ante el mentor de Solih, Abdulla Yameen, del del Progressive Party of Maldives (PPM), que en la actualidad cumple una condena de 11 años de prisión, por delitos de blanqueo de dinero y corrupción, y al que acusó por haber pedido importantes créditos a China para grandes infraestructuras como el megaproyecto del icónico Puente Sinamalé que conecta la capital, Malé, a través del Aeropuerto Internacional de Hulhulé, hasta la nueva ciudad planificada de Hulhumalé.
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