Bolivia: dos derechsitas al balotaje y debacle del MAS
- Redacción Política Global.AR
- hace 5 días
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Los resultados de las elecciones presidenciales en Bolivia arrojaron un escenario inesperado: se enfrentarán en segunda vuelta el senador Rodrigo Paz, representante de la democracia cristiana con el 31 % de los votos, y el expresidente de ultraderecha Jorge “Tuto” Quiroga, que logró el 27 %. Este desenlace sorprendió a los analistas, ya que todas las encuestas ubicaban a Paz en un distante cuarto lugar.
Rodrigo Paz es hijo del exmandatario Jaime Paz Zamora (1989-1993), del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), partido que durante su gestión adoptó políticas de corte neoliberal, promoviendo privatizaciones y apertura comercial. Hoy, Paz representa la centroderecha boliviana, con un programa orientado al ajuste fiscal, la reducción del tamaño del Estado y el cierre de empresas estatales. En política internacional se espera que marque distancia de Venezuela, Cuba y Nicaragua, mientras que su relación con China se mantiene como una incógnita: el comercio y las inversiones con el gigante asiático tensionan las presiones de Estados Unidos. Otro tema clave será la disputa sobre el litio, el principal recurso estratégico de Bolivia.
El gran derrotado de esta contienda es Samuel Doria Medina, empresario y líder de Unidad Nacional, que obtuvo apenas un 19,5 % de los votos, muy lejos de los pronósticos que lo daban como favorito. Se trata de su cuarta derrota electoral consecutiva, y ya ha anunciado su apoyo a Paz.
El otro perdedor histórico es el MAS, que tras veinte años de hegemonía política, sufre un colapso sin precedentes. El desgaste del modelo dependiente únicamente de la renta del gas, sin un desarrollo industrial sólido, sumado a contradicciones internas —desde la tensión entre extractivismo e indigenismo hasta los múltiples casos de corrupción—, llevaron a su implosión. La expulsión y persecución de Evo Morales, realizada por el propio partido en un contexto posterior a la dictadura de Jeanine Áñez, terminó por sellar la derrota. Con esto, la experiencia del llamado “Socialismo del siglo XXI” en Bolivia se derrumba: en la práctica, se trataba de un capitalismo de conciliación de clases sustentado en la renta de hidrocarburos, que permitió repartir excedentes sin cuestionar la explotación.
Andrónico Rodríguez, senador del MAS que se presentó bajo otro sello, apenas alcanzó un 8 %, quedando relegado a un cuarto lugar.
Curiosamente, el voto nulo se consolidó como un protagonista indirecto, sumando cerca del 20 % de las papeletas. Esta opción fue impulsada por Evo Morales, que llamó a boicotear la elección.
Que la segunda vuelta se defina entre un candidato de centroderecha y uno de extrema derecha es, irónicamente, otro efecto del desgaste y la fragmentación del MAS.