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Lucrar en nombre del activismo

Por Maria Burke | KP

(Foto: AFP)


Determinados activismos no sólo son vistos por la sociedad como una "causa noble", sino que también resultan muy rentables. Al menos para algunos de los activistas más famosos que dicen defender los derechos de los afroamericanos, el animalismo o pelear por un futuro verde para el planeta. Ellos se han convertido desde hace tiempo en millonarios.


La considerada como madre fundadora del movimiento Black Lives Matter, Patrisse Cullors, nació en una familia pobre y marginal en Los Ángeles. Sus hermanos han estado tras las rejas más de una vez por robos y drogas. Pero Patrice decidió canalizar sus esfuerzos hacia un supuesto activismo social. En 2013, junto con otros miembros, fundó el movimiento Black Lives Matter, con el que obtuvo cierta fama. Según describe Patrice en su libro, para crear este movimiento se "inspiró" en el terrible trato que uno de sus hermanos recibió en prisión, con constantes palizas e intimidación.


El momento clave para Cullors llegó en 2020, cuando las protestas masivas bajo el lema Black Lives Matter se extendieron por todo Estados Unidos. En ese momento, el movimiento tenía 30 grupos operativos en todo el país. Ese año, según declaraciones de impuestos, el movimiento recibió más de 90 millones de dólares y, según algunos informes, cientos de corporaciones y particulares donaron más de 1.000 millones de dólares. No hay información sobre dónde fue a parar la mayor parte de ese dinero.


En el invierno de 2020, algunos sectores criticaron a la dirección, denunciando que durante todos los años de existencia del movimiento, no se había desarrollado un sistema de información unificado. Esto llevó a muchos a cuestionar la integridad de los fundadores del movimiento. Se reveló que no constaba en ninguna parte cuánto dinero recibió la organización por parte de los donantes y qué salario recibía la propia Patrice.


En la primavera de 2021 algunos medios de comunicación aseguraron que Cullors estaba comprando propiedades en un momento en que Estados Unidos estaba sacudido por las protestas. Posteriormente se supo que la fundadora de Black Lives Matter tenía cuatro mansiones de lujo, cuyo precio promedio era de 3,2 millones de dólares.


En medio del escándalo, Patrisse Cullors dejó el movimiento en mayo de 2021. En declaraciones a los medios intentó justificarse. Afirmó que renunció para trabajar en un libro y un contrato televisivo. De hecho, publicó un libro y luego intentó abrir carrera en el mundo del cine y la tv. Pero el negocio del cine no funcionó. No hace mucho, Warner Bros. rescindió el acuerdo con ella porque durante tres años Patrice no había aportado ideas para películas, series documentales o dibujos animados.


El animalismo de Tash Peterson


La activista australiana defensora de los derechos de los animales Tash Peterson, conocida como ‘Vegan Booty’, se dio a conocer con sus apariciones en lugares públicos con pancartas reivindicativas.


A pesar del frío invernal, Peterson se manifestaba vistiendo una provocativa ropa interior rosa mostrando su rechazo al uso de mantas y abrigos confeccionados con materiales de animales. Su acción en un restaurante de comida rápida le dio gran fama. Tash apareció allí con un delantal de carnicero y comenzó a verter sangre falsa por todo el establecimiento, pidiendo compasión por las gallinas. Y en vísperas de Navidad, llevó flores y fotografías de lechones al departamento de carnes del supermercado, calificando la festividad como un holocausto inhumano.


Las irrupciones de la activista terminaron con su prohibición de entrar a bares y restaurantes en Australia Occidental. Posteriormente, Tash terminó presentándose en la plataforma de adultos Onlyfans. Allí, Peterson gana al menos 40 mil dólares al mes mostrando su cuerpo.


“Me acusan de buscar atención, me acusan de sexualizarme, me acusan de ser una activista por los derechos de los animales solo para promocionar mi cuenta de Onlyfans”, escribió la activista en sus redes sociales. Y aseguró que la única razón por la que demuestra sus encantos es el deseo de llamar más la atención sobre los problemas de "nuestros hermanos animales".


El ambientalismo de Greta Thunberg


La activista medioambiental sueca Greta Thunberg, que fue invitada a intervenir en la tribuna de la ONU, se inició a temprana edad, con tan solo 15 años, en el mundo del activismo. Desde que Thunberg emergió mediáticamente como un "ícono del movimiento verde", ha habido rumores de que varios lobbies y empresas la respaldan y la están utilizando en su beneficio.


El primero en monetizar la popularidad de Greta fue el relaciones públicas sueco Ingmar Rentzhog, quien creó el proyecto ecológico "No tenemos tiempo" y luego, aprovechando la notoriedad mediática de Thunberg, atrajo varios millones de dólares de inversión. Más tarde, los medios de comunicación establecieron una conexión entre Rentzhog y el ex vicepresidente estadounidense Al Gore. El político impulsa la "agenda verde" desde finales de los años ´90 y ha ganado millones de dólares negociando cuotas de emisiones de dióxido de carbono.


Los periodistas también establecieron una supuesta conexión entre Greta y George Soros. La joven sueca estuvo a menudo rodeada de la activista ambiental alemana Louise Newbayer, a quien se le atribuyó contactos con las organizaciones financieras.


Los periodistas han dicho más de una vez que Thunberg ganó su primer millón de dólares incluso antes de llegar a la edad adulta. La activista asegura que el activismo medioambiental como tal no le ha aportado ni una sola corona sueca. Pero su principal ingreso son las bonificaciones. Las transfiere a su fondo, incluidas las regalías y las ganancias de la venta de libros. En los últimos cinco años, se han publicado siete libros en los que Greta figura como autora.

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