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Miles de artistas exigen que Israel sea excluida de la Bienal de Venecia

Por Olga Cristóbal / Pólitica Obrera

Más de 4mil artistas firman una carta abierta en la que exigen a la Bienal de Venecia, el principal festival de arte del mundo, que este año excluya al Estado de Israel de la muestra. Acusan a la Bienal de brindar una plataforma a un "Estado de apartheid genocida".


La carta abierta “No al pabellón del genocidio en la Bienal de Venecia" incluye la firma de ganadores del Premio Turner y curadores de bienales internacionales. Nan Goldin, Mike Parr, Carolina Caycedo, David Velasco y la ganadora del último Premio Turner, Jesse Darling, entre otros.


Califican la invasión israelí como un genocidio, exigen el alto el fuego y sostienen que es inaceptable la exhibición de arte que representa a un Estado involucrado en “continuas atrocidades contra el pueblo palestino”.


El pronunciamiento surge cuando el número de los asesinados en Gaza supera las 30 mil personas. La carta dice: “El tribunal más alto del mundo, la Corte Internacional de Justicia, ha afirmado que es plausible que Israel esté cometiendo genocidio contra los palestinos en Gaza. La CIJ ha emitido medidas provisionales advirtiendo a Israel que cese cualquier acto de genocidio en Gaza. El ataque de Israel contra Gaza, que dura meses (y de hecho muchas décadas), continúa a pesar de todo, mientras sus líderes proclaman que están por encima del derecho internacional y anuncian audazmente su intención genocida”.


“Las principales organizaciones de derechos humanos internacionales, palestinas e israelíes han sostenido durante mucho tiempo que la ocupación israelí de Palestina, Cisjordania, Jerusalén Este y la Franja de Gaza (considerada ilegal por la Resolución 242 de la ONU de noviembre de 1967) constituye, junto con el trato que da a palestinos dentro de las fronteras de 1948, un cruel sistema de apartheid y un crimen contra la humanidad”, arguye.

También recuerdan que “Sudáfrica no fue readmitida hasta que se abolió su régimen de apartheid en 1993”. Y critica ásperamente a los curadores y artistas israelíes que “han emitido una declaración simplista sobre la necesidad del arte en tiempos oscuros, insistiendo en un ‘bolsillo ’ para la libre expresión y creación en medio de todo lo que está sucediendo” (…).


El arte no surge en el vacío (y mucho menos en un ´bolsillo´) y no puede trascender la realidad. Los eufemismos no pueden borrar las verdades violentas. Cualquier trabajo que represente oficialmente al Estado de Israel es un respaldo a sus políticas genocidas. No hay libertad de expresión para los poetas, artistas y escritores palestinos asesinados, silenciados, encarcelados, torturados y a quienes Israel les ha impedido viajar al extranjero o al interior del país. No hay libertad de expresión en los teatros palestinos ni en los festivales literarios clausurados por Israel. No hay libertad de expresión en los museos, archivos, publicaciones, bibliotecas, universidades, escuelas y hogares de Gaza bombardeada hasta convertirla en escombros. No hay libertad de expresión en el crimen de guerra del genocidio cultural.

(…) Mientras el pabellón israelí sigue adelante, el número de muertos genocidas en Gaza y Cisjordania aumenta diariamente. Mientras el equipo curatorial de Israel planifica su “Pabellón de Fertilidad” que refleja la maternidad contemporánea, Israel ha asesinado a más de 12 mil niños y destruido el acceso a la atención reproductiva y a las instalaciones médicas. Como resultado, las mujeres palestinas tienen cesáreas sin anestesia y dan a luz en la calle.

(…) Cualquier representación oficial de Israel en el escenario cultural internacional es un respaldo a sus políticas y al genocidio en Gaza.”


Y concluye:

“La Bienal está sustentando un estado de apartheid genocida.

No hay muerte en Venecia.

No se pueden hacer los negocios de costumbre.”


La Bienal no ha respondido ni a la carta ni a los pedidos de respuesta de la prensa. El próximo mes de marzo tomará la dirección de la Fundación de la Bienal Pietroangelo Buttafuoco, escritor y periodista de ultraderecha, quien anteriormente fue parte del Frente de la Juventud del Movimiento Social Italiano (MSI), el grupo de carácter neofascista que fundó el partido Alianza Nacional, del que surgió Hermanos de Italia de la actual presidenta italiana ultraderechista, Giorgia Meloni.

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