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Urgente llamado del pueblo de Artsaj al mundo para evitar un genocidio


Otro de los conflictos internacionales prácticamente ignorados por la corporación mediática hegémonica mundial es el de Armenia con Azerbaiyán, dos repúblicas euroasiáticas ex soviéticas ubicadas en el Cáucaso Sur, enfrentamiento que mantienen a raíz del territorio de Artsaj (Nagorno Karabaj).


Para resumir y contextualizar el tema, debemos reseñar que esa región en disputa perteneció y fue habitada desde antes de Cristo por los armenios, uno de los pueblos originarios de esa zona mesopotámica. Los azeríes, conocidos como tártaros del Cáucaso hasta principios del siglo XX, son un pueblo de origen túrquico que llegaron allí en el siglo XI.


Los tres Estados que componen el Cáucaso Sur; Armenia, Georgia y Azerbaiyán, declaraon su indepencia a finales de la década de 1910 tras liberarse del Imperio zarista como consecuencia de la revolución bolchevique en Rusia. Luego de un muy breve lapso como Estados autónomos, los tres pasaron a formar parte a comienzos de la década de 1920 de la Unión Soviética, el gran Estado pensado por los bolcheviques para expandir el socialismo internacionalista, que llegó a tener bajo su órbita a quince repúblicas. Lejos de lograr horadar los nacionalismos y la religiosidad en las sociedades como era su intención, lo que provocó la URSS fue que una vez disuelta surgieran algunas disputas territoriales entre los países independizados. Uno de esos conflictos fue el de Artsaj, que si bien siempre fue habitada por armenios, en 1921, por una decisión arbitraria de Joseph Stalin, por entonces Comisario del Pueblo de Asuntos Nacionales del gobierno soviético, fue puesta bajo dominio administrativo de la República Socialista Soviética de Azerbaiyán como una región autónoma, algo que jamás fue admitido por la población de Artsaj, casi en su totalidad armenia. Pero sus reclamos a las autoridades soviéticas fueron siempre desatendidos. Disuelta la URSS en 1991, la población de Artsaj se niega a seguir perteneciendo a Azerbaiyán y declara su independencia con un referéndum aprobado por el 99 por ciento de los habitantes. Azerbaiyán no lo acepta y comienza una guerra que culmina en 1994 con la firma de un cese de fuego. Artsaj permanece como Estado autónomo de facto, aunque sin reconocimiento internacional. En 2020, Azerbaiyán en alianza con Turquía, dos países gobernados por los autócratas fascistas y criminales de guerra Ilham Aliyev y Recep Tayyip Erdogan respectivamente, enquistados en el poder hace exactamente 20 años cada uno, ocupan el 70 por ciento de Artsaj en un ataque con numerosas violaciones a los derechos humanos y al derecho internacional. Ahora el gobierno azerí va por el 30 por ciento restante, algo que resisten los 120 mil habitantes de etnia armenia de Artsaj que aún permanecen allí. Desde hace casi siete meses, Azerbaiyán mantiene bloqueda la única carretera que une a esa zona con el exterior, impidiendo el acceso de bienes de primera necesidad, medicamentos y traslados hospitalarios, desatando una crisis humanitaria. El canciller de Armenia, Ararat Mirzoyan, acaba de denunciar que dos menores han fallecido como como consecuencia de esta acción criminal.


Frente a esta situación, 28 ONGs de Artsaj han firmado un urgente documento llamando la atención de la comunidad intenacional sobre esta situación, que compartimos a continuación.



TEXTO FIRMADO POR 28 ONGS DE ARTSAJ, PUBLICADO EL 10 DE JULIO DE 2023


”El pueblo de la República de Artsaj (Nagorno Karabaj), ante la amenaza de genocidio, apela a todos los países y pueblos del mundo, así como a las organizaciones internacionales designadas para garantizar la correcta aplicación del derecho internacional.


Desde el 15 de junio de 2023, recurriendo a una provocación en el puente Hakari, Azerbaiyán recrudece el bloqueo de Artsaj, que ya lleva casi 7 meses, desde el 12 de diciembre de 2022, y bloquea los transportes humanitarios del Comité Internacional de la Cruz. Roja (CICR) y el contingente ruso de mantenimiento de la paz, incluido el transporte de pacientes a instituciones médicas de la República de Armenia, suministros de alimentos, medicamentos, artículos de primera necesidad, combustible, lo que agravó drásticamente la crisis humanitaria. El 22 de junio de 2023, Azerbaiyán instaló bloques de hormigón en el puente donde se había instalado un puesto de control ilegal el 23 de abril de 2023, bloqueando literalmente la única carretera que conecta Artsaj con Armenia y el mundo exterior.


Desde el 25 de junio de 2023 se restableció el transporte de pacientes a instituciones médicas en Armenia acompañados por el CICR, sin embargo, conociendo el comportamiento destructivo de Azerbaiyán, no hay garantías de que no se vuelva a interrumpir. Estas acciones no deben considerarse actos de agresión aislados, sino parte de la política constante y sistemática de limpieza étnica contra Artsaj y su población originaria armenia.


En la noche del 28 de junio de 2023, Azerbaiyán recurrió a otra provocación militar contra Artsaj utilizando artillería de largo alcance y un dron, que resultó en la muerte de cuatro militares de Artsaj que defendían su nación y a la población civil de la agresión azerí.


Haciendo caso omiso de las resoluciones adoptadas por el Parlamento Europeo el 19 de enero de 2023 y la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (PACE) el 22 de junio de 2023, la decisión del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) del 21 de diciembre de 2022, la decisión del Corte Internacional de Justicia (CIJ) de las Naciones Unidas (ONU) del 22 de febrero de 2023, Azerbaiyán, como burlándose de la autoridad de estas organizaciones, continúa obstinadamente llevando a cabo la política de genocidio y limpieza étnica contra el pueblo de Artsaj, demostrando una actitud criminal, oponiéndose así al mundo civilizado. Además, el presidente de Azerbaiyán se permite abiertamente amenazar a los representantes de la comunidad internacional que no comparten su enfoque para resolver el problema de Artsaj, mientras cree que el derecho internacional está completamente del lado de Azerbaiyán.


El gobierno de Bakú rechaza la solicitud de garantías para la seguridad del pueblo de Artsaj e insiste constantemente en que se trata de un problema interno de Azerbaiyán, que pretende resolver a su discreción, en el contexto de la flagrante armenofobia, que se ha convertido en parte de la política estatal del régimen autoritario de Azerbaiyán y está completamente presente en la sociedad azerbaiyana. Dado que hay mucha evidencia, no es difícil imaginar cuál podría ser esta "solución" si la gente de Artsaj se encontrara repentinamente bajo el dominio de Bakú. Damos la bienvenida a la creciente comprensión internacional de que el pueblo de Artsaj necesita sólidas garantías internacionales de protección. Agradecemos a los miembros del Congreso que hablaron sobre este asunto ante el Congreso de los Estados Unidos el 21 de junio de 2023, dando una evaluación objetiva de la política de Azerbaiyán, así como a todos los demás actores internacionales que tienen el valor de hablar en voz alta.de las amenazas existenciales planteadas por Azerbaiyán y que se ciernen sobre el pueblo de Artsaj.


Expresamos nuestra esperanza de que cada vez más personas en todo el mundo entiendan las verdaderas causas de este conflicto y entiendan por qué el pueblo de Nagorno Karabaj hizo una solicitud legítima para retirarse de la República Socialista Soviética de Azerbaiyán y unirse a Armenia en 1988, lo que condujo al comienzo de la agresión y una guerra sangrienta en la que el pueblo de Artsaj se vio obligado a defenderse.


Ahora, cuando hay llamados de varias plataformas internacionales para una resolución pacífica del conflicto incluyendo Artsaj en Azerbaiyán, sugerimos que recuerden la historia de la Segunda Guerra Mundial y traten de imaginar: ¿sería posible llamar a los judíos a vivir bajo el mandato de Hitler, del régimen nazi? La Azerbaiyán moderna también es un Estado nazi en relación con los armenios, y no es difícil asegurarse de esto con una mirada objetiva a este tema sin el consumo unilateral de la propaganda azerbaiyana.


Habiendo sobrevivido a los horrores de las tres guerras desatadas por Azerbaiyán, pogromos, exilio, terror psicológico, pérdidas humanas y materiales, y viviendo con la amenaza existencial que se avecina, el pueblo de Artsaj exige utilizar todos los mecanismos internacionales existentes para prevenir la limpieza étnica y la genocidio perpetrado por Azerbaiyán. En vista de la situación actual, solicitamos la presencia de representantes de todas las organizaciones internacionales relevantes en Artsaj.


Teniendo en cuenta las violaciones de los acuerdos reflejados en el punto 6 de la Declaración Trilateral del 9 de noviembre de 2020, según el cual se debe garantizar el paso libre y seguro por el Corredor Lachin, hacemos un llamado a los organismos internacionales, en particular a las Naciones Unidas, a enviar una misión internacional a la República de Artsaj (Nagorno Karabaj) para prevenir una catástrofe humanitaria, fortalecer y mejorar el funcionamiento de la misión de mantenimiento de la paz. Además, debido al hecho de que Azerbaiyán ignora abiertamente la implementación de las decisiones del TEDH y la CIJ de la ONU emitidas durante el bloqueo, hacemos un llamado a la comunidad internacional para que imponga sanciones contra ese país.


En nombre de la sociedad civil de Artsaj, hacemos un llamado a los organismos de derechos humanos internacionales y a la sociedad civil para que ayuden a llevar la voz de Artsaj a la comunidad internacional en general y exigir que sus gobiernos tomen medidas preventivas reales para prevenir crímenes de Azerbaiyán contra la humanidad.


Si bien expresamos nuestra gratitud por preocuparse por el destino del pueblo de Artsaj, destacamos que la única garantía fiable de nuestros derechos y seguridad es el reconocimiento de la independencia de la República de Artsaj, que se basa en el derecho del pueblo a la autodeterminación, consagrada en el derecho internacional, y el libre albedrío del pueblo de Artsaj.


Artsaj no es un territorio heredado por alguien por el "derecho del más fuerte", sino nuestra Patria, donde tenemos pleno e inalienable derecho a una vida segura. Artsaj no es solo un puñado de 120 mil personas, sin contar los aproximadamente 30 mil residentes desplazados por la fuerza que fueron expulsados de sus hogares como resultado de la agresión militar de Azerbaiyán en 2020. Sin que hoy, Artsaj es una prueba de los valores democráticos que proclama el mundo y una prueba de fuego del orden mundial.


La esencia del sistema de valores del cambiante orden mundial estará definida por la elección entre la mentira, la discriminación, la violencia, el terrorismo, el autoritarismo por un lado o la libertad, la democracia y el respeto de los derechos humanos por el otro”.




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