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EE.UU gana influencia en el Cáucaso Sur con la futura explotación del corredor de Zangezur

Por Joan Balfegó / Nueva Revolución

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El reciente viaje a Estados Unidos del primer ministro de Armenia, Nikol Pashinyan, estuvo enmarcado en una cumbre en Washington, anunciada por el presidente estadounidense Donald Trump, para la firma de un acuerdo de paz entre Armenia y Azerbaiyán. Este evento, descrito como una «ceremonia oficial de firma de la paz», tuvo como objetivo poner fin a más de tres décadas de conflicto entre ambos países por la región disputada de Nagorno-Karabaj, que Azerbaiyán reintegró tras una ofensiva en 2023, provocando el éxodo masivo de la población armenia de la zona.


La cumbre, celebrada el 8 de agosto, incluyó reuniones bilaterales entre Trump, Pashinyan y el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, además de la firma de acuerdos bilaterales entre Estados Unidos y cada uno de estos países.


El conflicto entre Armenia y Azerbaiyán tiene raíces profundas, con enfrentamientos significativos desde la disolución de la Unión Soviética en 1991, especialmente por el control de Nagorno-Karabaj. Tras la victoria militar de Azerbaiyán en 2020 y 2023, Armenia ha buscado diversificar sus alianzas, alejándose de su tradicional dependencia de Rusia, que no proporcionó el apoyo esperado durante los últimos conflictos. Esto ha llevado a un acercamiento estratégico hacia Occidente, incluyendo a Estados Unidos y la Unión Europea.


El acuerdo de paz discutido en Washington incluye un componente clave: la apertura de un corredor de transporte a través de la provincia armenia de Syunik, que conectaría el territorio principal de Azerbaiyán con su enclave de Najicheván, y por extensión con Turquía, aliado clave de Azerbaiyán. Este corredor, a menudo referido como el «corredor de Zangezur», ha sido un punto de fricción en las negociaciones, ya que Azerbaiyán ha exigido un paso extraterritorial sin control armenio, mientras que Armenia insiste en mantener la soberanía sobre su territorio.


Rumores sobre entrega de territorios y rutas


Algunas fuentes han sugerido que Armenia podría estar dispuesta a ceder derechos de desarrollo sobre el corredor de transporte a Estados Unidos, con el proyecto denominado «Ruta Trump para la Paz y la Prosperidad Internacional» (TRIPP). Según estas informaciones, el corredor sería operado bajo la legislación armenia, pero Estados Unidos subarrendaría el terreno a un consorcio para su infraestructura y gestión, lo que podría incluir ferrocarriles, oleoductos y cables de fibra óptica. Esto ha generado especulaciones sobre una posible «cesión» de control, aunque Armenia ha enfatizado que cualquier acuerdo debe respetar su soberanía e integridad territorial.


Implicaciones geopolíticas


El acuerdo, si se materializa, representa un giro significativo en el Cáucaso Sur, reduciendo la influencia rusa en la región, que históricamente ha sido un actor dominante. Rusia, debilitada por su involucramiento en Ucrania, ha perdido influencia en Armenia, especialmente tras su inacción durante los conflictos recientes con Azerbaiyán.


Por otro lado, Estados Unidos y Turquía parecen estar desempeñando roles clave en la mediación, con propuestas para que una empresa estadounidense gestione el corredor, lo que consolidaría la presencia de Washington en una región estratégica cerca de Irán.


Además, la apertura de rutas terrestres podría transformar a Armenia en un nodo logístico regional, conectando China, Asia Central y Europa, con beneficios económicos significativos, como un potencial aumento del PIB armenio, según estimaciones de consultoras internacionales. Sin embargo, la implementación del corredor sigue siendo un tema delicado, con Armenia insistiendo en mantener el control soberano y Azerbaiyán buscando garantías de acceso sin restricciones.

 
 

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